Austria, 1907. En la rígida sociedad vienesa de principios del siglo XX, Klimt desentonaba por su extravagancia, con su pelo alborotado y la túnica que vestía a menudo. El artista destacó por su humildad, especialmente con los jóvenes pintores que acudían a pedirle consejo. En el pináculo de su carrera, el pintor Gustav Klimt acepta el encargo de retratar a Adele Bloch-Bauer, admiradora de su obra y esposa de uno de sus principales mecenas. El retratista y la modelo cultivan una amistad que dura ya seis años. La naturaleza del encargo los invitará a rememorar las circunstancias en que se conocieron y que propiciaron el nacimiento de una de las grandes obras del maestro de Baumgarten.
El guionista Jean-Luc Cornette y el dibujante Marc-Renier dan forma a una hermosísima historia que repasa la etapa dorada de una de las figuras más representativas del Modernismo, aquel movimiento artístico que galvanizó la esfera cultural a fines del siglo XIX y principios del XX.
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