En vida, la fama de Johannes Vermeer (1632-1675) apenas sobrepasó las fronteras de su ciudad natal, Delft, y el reducido círculo de sus mecenas. Después de su muerte, su nombre cayó largo tiempo en el olvido y fuera de Holanda sus pinturas llegaron a atribuirse erróneamente a otros artistas. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando Vermeer llamó la atención del mundo del arte internacional que, de pronto, supo admirar su precisión narrativa, la meticulosidad de los detalles de sus texturas y los majestuosos planos lumínicos. Habían descubierto a un genio.
En la actualidad, la obra de Vermeer ha inspirado un éxito de ventas del New York Times y una película protagonizada por Scarlett Johansson y Colin Firth, por no mencionar las cifras récord de visitantes en museos, desde Ámsterdam hasta Washington D.C., y las medidas de seguridad especiales en el museo Mauritshuis de La Haya, donde miles de personas acuden a contemplar la enigmática y encantadora Joven de la perla, también conocida como la Mona Lisa holandesa.
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