Francisco Boix es un joven fotógrafo español que, junto a varios miles de compatriotas, ha sido deportado al campo nazi de Mauthausen: una condena de muerte en vida.
Sin embargo, cuando se cruza en el camino del comandante Ricken, un perverso esteta nazi al que le complace fotografiar el horror del exterminio, Francisco comprende que tiene ante sí un valioso testimonio: sacar las fotos del campo será solo el primer paso para revelar al mundo lo que ocurre en Mauthausen.
De los 9328 españoles encerrados en campos, 7532 estuvieron en Mauthausen. Como mínimo, 4816 fueron asesinados.
De los cerca de 20.000 negativos que fueron robados del campo, unos 19.000 están en paradero desconocido.
Francisco Boix murió poco después, a la edad de 31 años por una enfermedad contraída en el campo. Nunca pudo ver a su hermana Núria de nuevo.
LA HISTORIA REAL DEL ÚNICO TESTIGO ESPAÑOL EN LOS JUICIOS DE NUREMBERG Y DE SU LUCHA POR LA VERDAD.
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